El observatorio, en Chile, será el mayor del mundo, con un espejo de 39 metros
Ilustración del cerro Armazones, en Chile, conla cumbre aplanada y el futuro telescopio E-ELT. /ESO
La voladura de la cumbre de una montaña de 3.060 metros de altura en los Andes chilenos comenzará esta tarde con una serie de explosiones controladas. Se trata de recortar en 40 metros el cerro Armazones, eliminando casi un millón de toneladas de roca. Es una operación imprescindible para poder instalar en la cumbre desmochada el que será el mayor telescopio óptico del mundo, el E-ELT del Observatorio Europeo Austral (ESO). La operación de voladura está prevista para el jueves 19 de junio, entre las 18.30 y las 20.30, hora peninsular, y se podrá seguir en directo por Internet, según informó el Consejo de Ciencia e Instalaciones Científicas del Reino Unido.
El E-ELT (siglas en inglés de Telescopio Europeo Extragrande), con espejo principal de 39 metros de diámetro, captará 15 veces más luz de los astros que cualquier telescopio actual en funcionamiento y obtendrá imágenes con 16 veces más resolución que las del famoso telescopio espacial Hubble, añade la institución británica. España confirmó su participación en este ambicioso proyecto del ESO el pasado 30 de mayo. El observatorio, con un coste total de unos 1.100 millones de euros, estará operativo para que empiecen a trabajar los astrónomos en 2014. El terreno del cerro Armazones es del ESO.
La voladura de la cumbre de es imprescindible para convertirla en una meseta donde montar la gran máquina científica. El lugar fue elegido (tras estudios científicos de la calidad del cielo allí), dado que esta a suficiente altura y en una de las regiones más secas del planeta, característica de la atmósfera óptima para las observaciones astronómicas. Lo mismo se hizo en el cerro Paranal, también en Chile, donde se abrió, en 1998, el primero de los cuatro grandes telescopios del conjunto VLT, de 8,2 metros de diámetro cada uno, también del ESO. El cerro Armazones está a unos 130 kilometros al sur de la ciudad de Antofagasta y a 20 de Paranal, en el desierto de Atacama. En esa región chilena hay otros grandes observatorios astronómicos, como el de la Silla (también del ESO) o los estadounidenses de Cerro Tololo y Las Campanas.
“El E-ELT permitirá asomarse al universo más profundo, ver más atrás en el tiempo y penetrar más íntimamente en los mecanismos del cosmos que cualquier otro telescopio visible e infrarrojo que se ha construido jamás”, explica Aprajita Verma, subdirector científico del proyecto E-ELT por parte británica. “Desde examinar las primeras galaxias que se formaron en el universo hasta estudiar los planetas extrasolares y buscar signos de vida en ellos, podemos esperar descubrimientos descollantes con el E-ELT”.
ALICIA RIVERA Madrid
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