El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT) está seguro sobre la situación de Brasil: "Los que creen que el país retrocederá están equivocados. No habrá retroceso", declaró. Lula, que participó de la conferencia Desarrollo, Innovación e Integración Nacional, organizada por el diario EL PAÍS el pasado viernes en Porto Alegre, ironizó sobre las críticas a la economía brasileña. "Si el problema [del mercado financiero] fuera sólo el mal humor, sería fácil. Llamaríamos a un humorista", afirmó. Lula también apuntó algunos datos sobre el desarrollo de Brasil desde 2003, año en que llegó al poder, y pidió a los presentes que compararan esas cifras con las de gobiernos anteriores.
A la conferencia asistió un nutrido grupo de expertos y políticos brasileños, entre ellos el gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro (PT). El ex director de EL PAÍS y director editorial de PRISA, Javier Moreno, aseguró al comienzo del evento: "El triunfo de Brasil y de Río Grande do Sul, con inclusión social y una sociedad más igualitaria, lo sentimos como si fuera nuestro".
El discurso más largo y más esperado del seminario fue el pronunciado por el expresidente Lula. Durante más de una hora, exaltó los éxitos de los 11 años de Gobierno del PT, tanto de su época como mandatario (2003-2011) como de la presidenta Dilma Rousseff, que disputará las elecciones el próximo octubre. "Para que se entienda el futuro, hay que viajar al pasado y ver lo que se ha logrado", dijo, fustigando a los gobiernos anteriores. Para Lula, Brasil ha reaccionado bien ante "la mayor crisis financiera desde 1929" al generar una tasa de empleo récord. El expresidente incluso defendió el crecimiento del 2,3% en 2013, que fue considerado insignificante por muchos economistas. Sólo nueve países del G-20 (grupo que reúne las 20 mayores economías del mundo) crecieron más del 2%, sostuvo.
Lula reconoció, sin embargo, que Brasil se encuentra en un periodo que requiere atención. Pero culpó principalmente a la actual coyuntura internacional de los males a los que se enfrenta. Los problemas económicos de EE UU y Europa, en su opinión, están afectando negativamente a la economía nacional, algo que se podría evitar si las principales potencias ampliaran los intercambios internacionales y redujeran el proteccionismo.
Al contrario de los expertos que están preocupados con el endeudamiento y la falta de ahorro de las familias, Lula defendió el aumento del crédito para estimular el crecimiento brasileño. "Sin crédito no se puede ir a ningún lugar. Hay países en los que el crédito supone el 80% del PIB y [otros] hasta el 120%", aseguró. El expresidente también aprovechó el tema para rechazar las críticas que se hacen sobre un supuesto descontrol en los gastos del Gobierno Federal. Pidió que se comparara la actual relación entre deuda pública y PIB con la que encontró al suceder el expresidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB).
Asimismo, Lula habló sobre los programas sociales, como el Bolsa Familia, que transfiere dinero público a familias pobres. Según el exmandatario, esos programas representan sólo el 0,5% de los gastos del Gobierno, pero generan un ciclo de consumo que mueve la economía. Las críticas que afirman que quienes se benefician de los programas dejan de trabajar o de buscar empleo son un mito, según él. "El 80% tiene una ocupación", aseguró. Pero la renta que tienen no les saca de la miseria. Además, los programas forman parte de una política de ascenso social de la capa más pobre de la población, que ahora tienen acceso a productos y servicios. "Me encanta cuando veo a los pobres invadiendo los aviones", dijo Lula, logrando los aplausos de los presentes.
El expresidente criticó el pesimismo de la prensa nacional y extranjera, sobre todo la estadounidense y británica. "Lo que hacen con Dilma sólo es similar a lo que hacían con [Hugo] Chávez en Venezuela", se quejó. Tras decir que Brasil es ahora una potencia mundial, que pronto podrá convertirse en la "quinta mayor economía del mundo", Lula rechazó a los expertos y periodistas que han elegido a México como la nueva nación en ascenso. "Me fui a enterar [de los fundamentos económicos mexicanos] y todo es peor que en Brasil", analizó. "Lo que hacen mejor, nosotros ya lo hicimos con Petrobras hace 20 años", añadió. México está embarcado en una reforma energética que permitirá la participación de empresas extranjeras en la explotación de petróleo y gas.
Lula subrayó, además, que Brasil necesita ampliar el comercio internacional con los países de América Latina. Y destacó que el comercio con Chile es mayor que con países de Europa, como Italia y España. También subrayó la importancia de aumentar el intercambio comercial con países de África. "El Atlántico no es un obstáculo, sino una oportunidad", aseguró. Entre los productos brasileños que podrían ser adquiridos por los africanos, el expresidente apuntó el sector automovilístico. Y sugirió que las empresas de automóviles que están presentes en Brasil tengan también que vender parte de su producción al mercado externo.
PEDRO MARCONDES PORTO ALEGRE
http://internacional.elpais.com/
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